Desde que en 1919 Weed y McKibben demostraron, en gatos, la
utilidad de las soluciones hipertónicas para la reducción del edema cerebral,
el uso de estas se ha ido extendiendo, y hay diversas guías clínicas que
consideran su uso con preferencia respecto al manitol en determinados cuadros
clínicos. Sin embargo, la evidencia sobre la superioridad de uno u otro
tratamiento para lograr una mejoría a largo plazo no es ni mucho menos
concluyente, y no existe ninguna formulación estándar ni acuerdo sobre la forma
de administración, la concentración ideal, la tasa de infusión o el
almacenamiento seguro del suero salino hipertónico. El artículo que traemos
hoy, firmado por un grupo de farmacéuticos estadounidenses, revisa la evidencia
disponible sobre estos aspectos prácticos relacionados con el uso del suero
salino hipertónico. Enlace de descarga: https://drive.google.com/file/d/1sGFpPXOMJss9XbFs0xZLAW7t_ihLs-4F/view?usp=sharing
The utility
of hypertonic solutions for decreasing cerebral edema was first reported in
1919 by Weed and McKibben, who performed experiments on cats that showed its
capabilities. Its clinical applications has increased since then, and current
Neurocritical Care Society guidelines recommend hypertonic saline over mannitol
in some scenarios. Nevertheless, a conclusion on the superiority of one or
other treatment for long-term outcomes has not been established yet.
Furthermore, practical questions remain regarding the appropriate
administration method, concentration, infusion rate, and storage. The article
we bring today, signed by a group of American pharmacologists, aims to address
these practical concerns based on the evidence currently available. Download
link: https://drive.google.com/file/d/1sGFpPXOMJss9XbFs0xZLAW7t_ihLs-4F/view?usp=sharing
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